Los alumnos deciden qué objetos quieren elaborar con los materiales tradicionales. Fotos: MARCO TORRES

oda profesión requiere un proceso de reciclaje para ampliar algunos conocimientos después de varios años de oficio. Los guías turísticos lo saben y por esta razón muchos de ellos decidieron apuntarse a principios de este mes al curso de artesanía y cultura popular que organiza la asociación es Retorn.

Durante algo más de cuatro horas, 17 profesionales del sector turístico profundizan sobre determinados aspectos relacionados con la historia de Eivissa, por ejemplo, la gastronomía más típica y menos conocida por el público en general, la joyería que lucían antaño las mujeres payesas o el ritual de cortejo que seguían los hombres para conquistar a las féminas de aquella época. Este curso, concebido en un principio para ocho personas, durará hasta el próximo mes de mayo: «Empezamos a principios de marzo y la verdad es que estamos muy contentas porque al final se han apuntado 17 personas; está siendo todo un éxito», afirmó Loreto Mayol, una de las profesoras que imparte este taller junto con Cristina Ferrer, la otra maestra artesana. El funcionamiento de estas clases es bastante práctico, pues las explicaciones teóricas del esparto, por ejemplo, se complementan con el trabajo manual ya que los alumnos escogen qué objeto quieren hacer. En este sentido, según explicó Loreto, muchos optan por forrar botellas de vino con esparto o hacer la suela de las espardenyes: «Para hacer este tipo de calzado solemos tardar unos seis meses, por lo que ellos ya saben que no lo van a ver acabado, pero aquí empiezan las suelas. Hay otras personas que prefieren hacer senallons o bien cestitas pequeñas para los huevos». El objetivo de este curso es que los guías turísticos se empapen de historia de la isla: «De esta manera podrán explicar detalles de cultura y artesanía con más propiedad. En definitiva, que conozcan la historia y la cultura de Eivissa para poder explicarla a los turistas que nos visitan».

Como en cualquier otro curso, los alumnos se llevan deberes a casa «porque si no sería imposible acabar los trabajos», puntualizó Loreto.

María José Real

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