En San Valentín las rosas son más grandes y más rojas, los menús de los restaurantes dan paso a la sensualidad y a los sabores afrodisíacos y todas las decoraciones se llenan de corazones. Así es, y aunque a muchos les parezca una fecha enfocada incentivar el consumismo no son pocos los que se rinden al día de los enamorados y se dejan llevar por esta fiesta que siempre es cosa de dos.
Entre los sectores inmersos en esta celebración se encuentran las floristerías que por estos días aumentan pedidos, personal y se preparan para un arduo día de trabajo en el que las rosas rojas baten su récord anual de ventas. «El amor nunca nos ha fallado, es de los mejores días para nosotros», asegura Lina, de Es Baladre, una experimentada floristera que hoy espera un pedido de San Valentín de 1.200 rosas.
«Pero no sólo aumenta la cantidad de las rosas sino también la calidad, porque como el cultivo de España no alcanza las traen de Ecuador y de Colombia, que son mucho más bonitas», agrega, por su parte Cristina de la floristería Star Flor, que para esta fecha necesitará más personal. «Tendremos la ayuda de tres personas para hacer los repartos, muy solicitados en esta fecha», concluye.
Sin embargo, la flecha de Cupido no sólo pasa por las rosas rojas. El mundo de la hostelería también se mete de lleno en esta fiesta dedicada al amor. En este sentido, las cenas se llenan de «salsas mimosas», «de jugos románticos», «de pasión de vino tinto», «de embrujos de chocolate» o, como propone el Casino de Ibiza, «una orgía de mariscos». Todo para atraer al cliente con opciones afrodisíacas no sólo en el sabor sino también en la presentación. Así lo explica también el jefe de cocina de Can Curreu, Toni Rodríguez: «Lo importante no es sólo que sepa bien, sino que la gente lo lea y le llame la atención. Nosotros hemos intentado que el menú sea erótico con algún plato afrodisíaco y frutas exóticas. Lleva mucha canela, curry, chocolate perfumado... La verdad es que está curioso», explica el cocinero, que para esta ocasión ofrecerá, entre otros platos, un lomo de cordero arropado con un suave velo de aceitunas negras con una salsa estimulante hecha con jengibre, porque, «como bien sabemos, tiene dotes afrodisíacas», asegura.
Sin embargo no todo el romance de San Valentín tiene un tinte erótico. Los enamorados de mediana edad, como destaca Pedro Torres, de Can Bernat, también saben disfrutar de este día. «El amor es el amor y lo desafía todo. Por eso ya llevamos veinte años con esto. Nuestros clientes son de mediana edad, gente asentada que sabe lo que quiere. Por eso nosotros calculamos que vamos a meter unas cien parejas, pero porque no sólo es cosa de dos, también vienen grupos», destaca.
San Valentín siempre da para mucho y las ofertas pueden superar una cena e incluir la noche en un hotel o llegar a acaparar toda una semana, como ocurre con el Hotel de Pachá, que comienza San Valentín el jueves y lo terminará el domingo. Un amplio abanico de propuestas enfocado a los ibicencos porque, se crea o no en el amor, esta fecha también se celebra, y mucho, en la isla. l L.. A.
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