La inmigración ha hecho que las Islas cuenten, a 1 de enero de 2008, de 1.062.240 tarjetas sanitarias expedidas por el Servei Balear de Salut (IB-Salut), 31.634 más que hace un año, superando con creces el millón de habitantes que cuentan con el documento acreditativo con el que tienen asistencia médica pública.
Los ciudadanos de Mallorca disponen de 832.439 tarjetas sanitarias, 24.824 más que a 1 de enero de 2007, cuya cifra global era de 808.615 tarjetas.
En Menorca las tarjetas han aumentado de 92.962 en 2007 a 94.369 en 2008, 1.407 más. Mientras que en Eivissa y Formentera se han distribuido un total de 135.432 tarjetas, 5.403 más que hace un año. Por otra parte el IB-Salut inició, en mayo de 2007, el cambio de imagen de la tarjeta sanitaria. El cambio se está haciendo de forma gradual, al caducar la tarjeta de la que dispone el ciudadano se le entrega una nueva con los colores corporativos del Ejecutivo autonómico con predominio del color azul intenso.
A los ciudadanos que acuden a su centro de salud o a las oficinas del IB-Salut a solicitar la tarjeta sanitaria, sin que antes ya dispusieran del modelo anterior, ya se les entrega el nuevo modelo corporativo.
Un dato importante es tener en cuenta por parte de los ciudadanos es que se tiene que presentar la tarjeta sanitaria, tanto si se tiene la antigua como la nueva, siempre que se acuda a un hospital o a un centro de salud, porque es la herramienta que sirve para identificar al paciente y poder acceder a su historia clínica, y en breve con la citada tarjeta también se podrá acceder, en todas las Islas, a la receta electrónica.
Otro dato a tener en cuenta es que no todos los residentes en las Islas tienen derecho a disponer de la tarjeta sanitaria.
Para obtener la tarjeta es necesario cumplir una serie de requisitos, entre ellos estar afiliado a la Seguridad Social.
Algunos colectivos, como los funcionarios, no disponen de la tarjeta sanitaria del IB-Salut al haber preferido optar por otros sistemas con los que acuden a la sanidad privada.
En el caso de los inmigrantes no basta con estar empadronado, también hace falta estar trabajando y dado de alta a la Seguridad Social. Sólo los menores, las mujeres embarazadas y los que demuestran situación de pobreza pueden disponer de ella. Como anécdota basta recordar que el usuario un millón de la tarjeta fue un niño alemán de 11 años residente en Eivissa, anécdota que pone de manifiesto la importancia que ha adquirido en las Islas la población nacida fuera del Estado español.
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