Julieta disfruta de un suculento y energético desayuno antes de dirigirse al colegio.

Julieta Boggione Kees se incorporó ayer al colegio. Empezó 1º de Primaria en el colegio Nuestra Señora de la Consolación, donde ya cursó la Educación Infantil. El madrugón matutino no importaba porque le gusta mucho ir al colegio: «Este año ya estaré en el patio de los mayores»", decía mientras desayunaba. Mientras sus padres, Natalia y César, la apresuraban para que terminara, Julieta preparaba su nueva mochila de las muñecas 'Bratz' y se calzaba sus zapatillas de Barbie.

Tras pasar a recoger a su vecina Elisabeth, que empezará 2º de Primaria, ambas se dirigieron al colegio acompañadas por los padres de Julieta. Elisabeth llevaba un regalo a su maestra y Julieta comenta: «Yo también debería llevarle un regalo a mi maestra, pero como aún no la conozco... Le regalaré unas pantuflas o unas botas». Una vez allí, todos los alumnos de primaria debían formar en filas, por cursos y grupos, para más tarde dirigirse hacia su clase. Julieta se reencuentra con sus antiguos compañeros y todos la saludan mientras ella se coloca a la cabeza de la fila.

Isabel, su nueva maestra, indicaba a sus alumnos cuál será su aula durante todo el año. Aquí empieza, con mucho entusiasmo, la educación de este grupo de niños. Los padres dejaron a la niña en el colegio sin más problemas, porque la veían muy contenta. Natalia comentaba que: «ella se lo pasa aquí en grande y va a continuar con sus compañeros del año pasado, aunque quizás haya alguno nuevo. No es la típica niña que nos extraña cuando está en clase». La de ayer fue una jornada de presentación, para que los niños se familiaricen con su nueva profesora y mejoren las relaciones entre ellos.

Al finalizar las clases, Julieta comentó que se lo ha pasado muy bien y había hecho nuevos amigos. Jugaron a muchos juegos, sobre todo a la hora del patio, y por suerte no le han puesto deberes para el fin de semana. Está deseando que llegue el lunes para empezar las clases «de verdad», como dice ella misma.

La única queja de los padres es habitual estos días. «El precio de los libros es excesivo y aún no nos han dado la lista del material que va a necesitar», y añaden: «A esto hay que sumarle los uniformes, que por lo menos sirven de un año para otro.

En total, antes de que haya comenzado el curso llevan gastados alrededor de 200 euros en material escolar para una niña de tan solo cinco años. «En fin, que se te va el sueldo en la vuelta al cole de la niña», se quejan ambos progenitores.

Laura Tur