JOSÉ LUIS MONTOYA
El Mercat de ses Places de Sant Antoni se inauguró ayer a medio gas y bajo la polémica que le ha precedido estos días. Pocos visitantes se acercaron hasta los 43 puestos de venta que, muy diseminados, ocupaban las cinco zonas del mercado. Con todo, fuentes de la organización señalaron que los artesanos expresaron su intención de repetir la experiencia, aunque se estudiará concentrar el mercado en tres zonas y reducir el horario a la tarde.

Al hilo de la competencia desleal, comerciantes consultados por este periódico se quejaron de que los puestos de venta demercat pagan sólo una pequeña cuota [180 euros por tres meses] para poder comercializar sus productos en la vía pública, generando una riqueza que no revierte en el municipio por ser éstos, en su mayoría, temporeros, mientras que los comercios de la zona están ajustados al pago de impuestos que este año se han incrementado en un diez por ciento.

La Asociación de Comerciantes de Sant Antoni, contraria a esa iniciativa, insistió en sus tesis al comprobar que el 90 por ciento de los puestos de venta se dedican a comercializar productos de bisutería y moda importados de otros países que representan «competencia desleal» hacia algunos de los comercios de la zona. El portavoz de ese colectivo, Joan Torres, aludió a la obstinación del Consistorio en llevar adelante este proyecto sin contar con la opinión de los comerciantes y tildó la iniciativa de «cortina de humo» al considerar que con ella «quieren hacer ver que se hace algo por el turismo de día cuando, en realidad, sólo les interesa el de noche».

Tras referirse a determinados «intereses» de algunos de los concejales que gobiernan en San Antoni dentro del sector del ocio nocturno, Torres destacó que el Mercat de ses Places, en realidad, no contribuye a cambiar el modelo turístico del municipio potenciando el turismo diurno.