Àngel Rodríguez es uno de los policías locales de la isla que diariamente vela por la seguridad de los escolares en las entradas y salidas de sus respectivos centros evitando los accidentes y los problemas de tráfico, una labor a la que ha dedicado 25 años de su vida y por la que ha llegado a recibir, hace escasos días, una felicitación del colegio La Consolación, donde desempeña su trabajo.

«Muchas veces me he quedado con los niños, porque los padres, por sus trabajos, se han retrasado un poco o he controlado que no se peleasen entre ellos», explica Àngel Rodríguez, un buen hacer que se ve recompensado por padres e hijos. «Es una seguridad que esté aquí, porque es muy educado, cuida de los niños y nos conoce todos», comentó Charo, una de las madres, quién destacó el cambio que se está produciendo en los últimos años en la imagen tradicional del policía. «Nos hemos amoldado a él, porque es muy cercano». Al respecto, Àngel recuerda como siempre había alguna persona mayor que les decía: «Si te portas mal, el policía te llevará al calabozo y te castigará», algo que, según este agente, no se debe hacer: «No se nos tiene que ver tanto como una autoridad, sino como una ayuda. Hay que quitarles la idea de miedo, de represión», y añade: «Mi idea de policía es cercana y próxima al ciudadano, sin quitar que cuando haya que poner una denuncia se tenga que hacer». En definitiva, un trato humano del policía con los niños que se traduce en un acercamiento de los más pequeños a esta figura que abarca cada vez más labores. Entre ellas, la realización de los cursos de educación vial en los colegios, así como la organización de competiciones en la Escuela de Educación Vial de Santa Gertrudis, donde los más jóvenes aprenden a circular con bicicletas y cochecitos, un trabajo que el policía define como «dichoso», por la vitalidad que aportan los niños: «Te saludan, te chocan la mano e, incluso, tienen muchos detalles. Me han llegado a hacer algún dibujito de un paso de peatones y un policía», comentaba Àngel, cuya buena relación se extiende a los progenitores: «Llevo tantos años aquí que conozco mujeres que venía al colegio y ahora traen a sus hijos».

Irene Luján