Los tres cerditos se habían multiplicado ayer por veinte y los lobos se mostraban tan cariñosos como una madre. Asterix ya bebía un poco de su pócima para coger fuerzas antes de comenzar esta rúa en la que le esperaba una ardua batalla contra decenas de pequeños romanos. Suerte que también estaba Obelix por Santa Eulària, porque un refuerzo como el suyo siempre es muy agradecido si se trata de luchar en una gran fiesta de Carnaval como la que ayer se vivió por las calles del pueblo.

A las 17,00 horas todo el mundo estaba listo para comenzar. Las calles llenas de vecinos aguardaban el paso de una rúa que estuvo llena de color, música y diversión, compuesta por seis comparsas escolares, nueve de adultos, y siete disfrazados que se presentaron de forma individua y en pareja.

Luciana Aversa