G.ROMANI
El primer edil de Formentera, Isidor Torres, reconoció ayer que la propuesta inicial de llegar a un acuerdo entre el Obispado de las Pitiüses y el Consistorio para habilitar el Salón Parroquial adjunto a la iglesia de Sant Ferran de ses Roques, para convertirlo en el Centro de Jubilados de dicho núcleo urbano, «ha experimentado un importante cambio a tenor de los informes efectuados por los servicios técnicos municipales». Y la propuesta que quiere efectuar el Consistorio pasa por la demolición de parte de los edificios adjuntos a la iglesia debido al sistema de construcción y a los materiales empleados en alguno de los casos.

«A raíz de los contactos con los técnicos y la propiedad, es decir el Obispado, se está viendo cuál sería la mejor solución para esta intervención por el hecho de que se ha de trabajar en un edificio declarado como monumento histórico artístico como es la iglesia de Sant Ferran a partir del cual existe un radio de protección, lo cual implica que cualquier intervención debe realizarse con un claro respeto a los valores patrimoniales y a la legislación relacionada a la protección de de elementos patrimoniales, debemos ser muy cuidadosos a la hora de hacer propuestas viables».

Desde el Ayuntamiento queda claro que la propuesta que realizará al Obispado debe abarcar dos aspectos «ver cómo se puede mejorar la idea inicial, consiguiendo un espacio destinado al Club de la Tercera Edad, compaginando dicha intervención con el objetivo de mantener las actividades del Salón Parroquial existente y el de mejorar y adecuar la actual estructura adosada a la iglesia sin que interfiera en lo que es el actual monumento». En este sentido Torres no quiso pronunciarse sobre una ampliación, en la parte posterior de la iglesia, mediante una segunda planta que se paralizó hace unos años.