Más allá de los grupos que hicieron de la rúa de Eivissa una verdadera marea de color y diversión, los trajes que cada asociación, padre y madre de escolar, y particulares confeccionaron para esta ocasión destacaron por sí solos aunque no se les pudiera premiar a todos y cada uno. Porque aunque sí hubo reconocimientos para, por ejemplo, Els Peluts d'Eivissa, por esa larga cabellera que denotaba un minucioso trabajo de recortes de papeles; así como también, por ejemplo, para el disfraz individuaAlrevés, que sorprendía con un par de piernas donde tenía que ir la cabeza y con las manos en el suelo arrastrando una careta que no era otra que la de Bush. Cada pestaña pintada, cada tela brillante, cada pluma de pavo real, peluca o cochito de bebé engalanado, demostró que los ibicencos apuestan por arreglarse al detalle para esta fiesta gran fiesta popular.

Todo para una rúa que comenzó a las 11,00 horas encabezada por la carroza y comparsa del Ayuntamiento de Eivissa que este año dedicó su tema a la cultura mexicana y en la que sus participantes lucían trajes típicos y vestimentas aztecas, y eran acompañados por la música en vivo de Mariachi Semblanza.

En grupo iban también los Esquimales del futuro vestidos de hawaianos para denunciar con mucha gracia el cambio climático con letreros tan simpáticos como uno que rezaba Sin hielo no hay cubatas. Una idea que podría haber convencido al jurado formado por periodistas e integrantes de la Pimeef si no fuera por la poca producción que caracterizaba a esta comparsa. Porque al fin y al cabo es lo que termina destacando: la dedicación que recibe cada atuendo hasta la última puntada nacida de un mensaje o de las ganas de decir lo que se piensa, y que sale flor de piel en esta época del año, en la que todo lo que se expresa se dice muchas veces en serio bajo la careta del humor y la alegría.

L.A.