El carnaval de Formentera se vistió de fuego con los Diables de Terrasa que quemaron las calles y la plaza de la iglesia de Sant Francesc en una larga jornada de alegría, festejos y buena pitanza. La de ayer fue una de las ediciones con mayor participación de disfraces y de un público entregado que siguió la tradicional rúa por las principales calles del núcleo urbano para acabar en la plaza de la iglesia, escenario de un magnífico colofón con la demostración espectacular de los Diables de Terrasa que cautivaron a los asistentes con la magia de la pólvora y el fuego.

Entre los disfraces había de todo como en botica pero destacaba entre todo el personal por lo numerosa la comparsa del col·legi públic de Sant Ferran, en la que participaron más de un centenar de alumnos, maestros y padres escenificando una divertida muestra de bichos, mariquitas, moscas, mosquitos, abejas y mariposas, acompañadas, eso sí, de matamoscas u otros útiles para acabar con ellos; claro está que también había un grupo de medusas, otro de pulpos, calamares, hadas, piratas, con especial mención a un soberbio capitán garfio, cienpiés, y personas vestidas de detergente, lavadoras y cualquier tipo de producto de limpieza. Otros denunciaban que Formentera es el paraíso de los motorinos, algunos hacían alusión al urbanismo desmesurado, mencionaban comisiones ilegales; otros paseaban en windsurf, luego estaba un trío más que variopinto vestido de forma muy estrafalaria, formado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y el de la oposición Mariano Rajoy y el mandatario de Esquerra Republicana de Cataluña, Josep Lluís Carod Rovira, que no dudaron en fotografiarse con el diputado socialista, José Ramón Mateos. Todo esta magia carnavalera para un día de fiesta que concluyó con una paella para 500 personas y música en la plaza de la iglesia.

Guillermo Romaní