El presidente del Consell y número dos del PP, Pere Palau, se refirió a la creación de una gestora en la agrupación socialista de Vila y aseguró que lo que ocurre en el PSOE pitiuso «ni en los mejores tiempos de la dictadura había pasado en nuestras islas». «Es una vergüenza que cuando se ve que puede haber un problema la mejor manera sea anularlo desde Madrid», dijo Palau, que recordó que «ya pasó con los candidatos y ahora con la ratificación de la lista». En este sentido, habló de cabezas de lista «impuestos» por Madrid y Palma y no propuestos por las bases. Pese a estas palabras, aseguró que en el PP no son «partidarios de hurgar en las heridas de los demás partidos» y reiteró que les gustaría ver «a un PSOE fuerte, en la oposición como es natural, pero que fuese alternativa de gobierno».

También el portavoz insular del Partido Popular, Miguel Jerez, mostró su preocupación por la situación que atraviesa el PSOE y aseguró que este partido ha entrado «en un proceso de demolición», en una situación «llena de bregas internas, con un déficit democrático y en la que se dinamita cualquier voz discrepante respecto a la voluntad de unos pocos». «Hoy el PSOE cierra el quiosco porque no permite que los afiliados digan lo que les parece», añadió Jerez, que animó a los descontentos a trasladar sus quejas al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su próxima visita a Eivissa. «No deberían desaprovechar la oportunidad», añadió el portavoz del PP, que confió en que el PSOE reconduzca su crisis, porque les gustaría ver una oposición «fuerte, libre y sin ningún tipo de ataduras». Jerez fue más allá y comparó la situación vivida en el PSOE con el juego de las sillas. Por contra, puso al PP como ejemplo de democracia: «Aquí no hay autoritarismos». «Nosotros estamos realmente preparados para gobernar y el PSOE está preparado para volver a la oposición», concluyó.