B. ROSELLÓ
El secretario de la Cofradía de Pescadores de Eivissa, Xico Cardona, criticó ayer que a día de hoy los fangos que fueron extraídos hace dos meses del puerto de pescadores aún permanecen en superficie sin haber sido retirados por Autoritat Portuària, provocando las consecuentes molestias para los pescadores que deben faenar en el puerto.

De esta forma, Cardona indicó que desde Autoritat Portuària se paralizaron los trabajos sin llegar a dragar los 2.600 metros cúbicos de fango previsto en el momento del inicio de la operación. La iniciativa, que tiene un presupuesto de 15.000 euros, estaba previsto que finalizara en el mes de diciembre con el fin de sanear el fondo del mar, según confirmaron fuentes oficiales.

Desde Autoritat Portuària se prevé que estos trabajos se reinicien cuanto antes y alegan que los residuos no estaban catalogados por la legislación, por lo que existía un vacío legal para trasladar los fangos al vertedero de Santa Bárbara. Por este hecho, y tras varias conversaciones, se ha decidido que las tres administraciones correspondientes (Autoritat Portuària, Govern balear y Consell Insular) se hagan responsables de la situación para trasladar los desperdicios al vertedero lo antes posible.

Además, desde la Cofradía de Pescadores temen que la situación se junte con el inicio de la temporada de la sepia, lo que provoca que no exista espacio suficiente de amarre para los barcos que deben faenar. Por otro lado, el puerto de pescadores debe hacer frente ahora a la inutilización del espacio donde se han abandonado los residuos por un periodo de tiempo hasta que la situación se normalice y la embarcación encargada de dragar el fondo del mar vuelva a la isla de Eivissa para finalizar las tareas correspondientes.

La iniciativa de dragar el puerto de pescadores que empezó el pasado mes de noviembre responde a la segunda fase, según Autoritat Portuària, de las obras de remodelación y mejora del varadero que existe en la zona de pescadores, que cuenta ahora con un 'travelling' de 1.500 toneladas. Los residuos son abandonados en la superficie con el fin de que se sequen y desprendan el agua que contienen para luego trasladarlos a al vertedero de Santa Bárbara, según Autoritat Portuària.