El grupo de vecinos, en una de las casas de Santa Margarita.

CONCHA ALCÀNTARA
Una veintena de vecinos de Santa Margarita partidarios del realojo en el edificio Juan XXIII ha expresado su indignación ante la falta de apoyo recibido dada la situación en la que viven y el temor a que haya algún accidente dado el estado de sus casas. «Sentimos indignación porque hasta ahora nadie se preocupa de los que queremos cambiarnos, sólo de los cuatro que no aceptan el cambio que, en realidad, no sabemos porqué, ya que las casas están mal», aseguran.

Los vecinos aclararon, además, que Joaquín Roig no es el administrador de todas las viviendas de Santa Margarita, sino de las del Ibavi, «que no son tantas, una docena, y cinco casas más». El número de viviendas de Santa Margarita asciende a 92 y sostienen que más de 60 están de acuerdo con el traslado dado el estado de sus viviendas. «Tenemos la misma idea que el primer día», asegura Josefa Palau. Una opinión que comparten otros vecinos, como Juan Antonio Marín y María Medina.

También atribuyeron la responsabilidad de que esté paralizado a la falta de acuerdo entre Consell y Ayuntamiento, «el problema no es nuestro, sino de ellos y las casas están paradas». En este sentido, piden a los políticos «que dejen de tirarse los trastos sobre el proyecto Eivissa Centre y piensen un poco más en nosotros, los ciudadanos que pagamos nuestros impuestos y queremos unas viviendas dignas. Que se pongan de acuerdo, dejen de jugar con nosotros y nos den una solución», reclaman.

Varios vecinos del número 30 de la calle Madrid mostraron ayer el estado de la vivienda en la que viven, algunos de ellos casi toda su vida. «Queremos que nos den una casa nueva», reivindican ante el estado de su actuales inmuebles. «Lo tienen todo empantanado desde hace meses, nos confunden que si están en ruina y no sabes por donde tirar». En algunas casas se han hecho reformas pero en otras se aprecia el problema de la humedad con los desconchados de pintura en la pared.