Por lo que ha podido ver el primer edil hasta el momento, la mayoría de alegaciones presentadas tienen que ver con fallos de dibujo o inconcreciones, aunque también hay ciudadanos que piden más posibilidad de construir. «En el momento en que supimos que había que hacer otra exposición pública tampoco analizamos con tanto detalle la elaboración del trabajo; en la documentacion quizás dice una cosa y grafiada hay otra, no coinciden al cien por cien», explicó Marí, que aseguró que se han puesto a trabajar enseguida para solucionar estos errores.
El objetivo es que las normas estén aprobadas antes de las elecciones, aunque Marí no quiere aventurar nada. «El calendario es imprevisible», señala el alcalde, que asegura que están haciendo todos los esfuerzos posibles.«Por nosotros no será; en el momento en que se contesten las alegaciones vamos a la aprobación provisional y después lo enviaremos al Consell para que la comisión de urbanismo lo apruebe». Según Marí, se ha trabajado «con celeridad» y se ha buscado en todo momento «el consenso con la gente y los diferentes colectivos» para realizar estas normas. En el anterior periodo de alegaciones se presentaron un total de 81.
El nuevo planeamiento fija un techo de población de 13.777 habitantes, casi la mitad de lo que preveía el anterior plan general. En 2005 había 4.380 habitantes censados en este municipio, el de menos población de la isla.
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