El administrador del bloque, Joaquín Roig, explicó ayer que todavía no se sabe qué coste tendrá esta actuación, que deberán asumir por entero los vecinos. Si el informe final determina que hay que hacer una reforma «se hará», indicó Roig, que no quiere adelantar acontecimientos hasta que no esté listo el informe. Una vez se tenga el documento en la mano, se convocará una nueva reunión con los propietarios en la que se decidirá qué se hace, porque además del informe también se tiene que apuntalar una de las viviendas.
«Esto no es plato de gusto para nadie», indicó Roig, que aseguró que todos los vecinos están dispuestos a colaborar aunque nadie tiene miedo de que se le caiga el edificio encima. «El informe se hace porque lo pide el Ayuntamiento, no porque estén asustados», dijo el abogado.
Roig criticó que a día de hoy el Consistorio todavía no les ha comunicado que deben hacer el informe y que deben apuntalar una vivienda. «Lo sabemos porque una vecina fue a Itusa y le dieron una copia, pero nadie nos lo ha dicho oficialmente», señaló el administrador, que aseguró que se enteraron de todo por la prensa.
La inspección del edificio durará hasta la semana que viene y está previsto que se tarde un día por escalera.
Los vecinos de Santa Margarita están pendientes de trasladarse al edificio junto a Joan XXIII que ha levantado el Ayuntamiento y que actualmente está paralizado por el bloqueo del proyecto Eivissa Centre por los tribunales. El Consistorio les ofrece allí un piso nuevo a cambio del que tienen en Santa Margarita.
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