La duquesa de Alba junto a una empleada doméstica, el pasado fin de semana, tras su último día de playa en la isla.

La embajadora turística de las Pitiüses con más títulos nobiliarios del mundo, Cayetana de Alba, disfrutó de unos últimos días de sol y playa antes de emprender su viaje de regreso a Madrid, el pasado domingo a mediodía.

La duquesa pasó la jornada playera protegida bajo la sombrilla y hasta se dejó llevar por el sueño de una larga siesta mientras que sus nietos, Luis y Amina, hijos de Cayetano y Genoveva Casanova, aprovechaban los últimos momentos junto al mar.

El 'caso maletas'
La polémica la levantó la agencia de noticias Europa Press al publicar el testimonio de un pasajero en el que aseguraba que más de cien viajeros del vuelo de Iberia de las 12'25 entre Eivissa y Madrid llegaron a destino sin sus equipajes debido «al ingente número de maletas que introdujo a última hora en el avión la duquesa de Alba y que previsiblemente obligó a la compañía a desalojar el resto». El comunicado destaca que algunos de los afectados, como el turista burgalés Carlos Bartolomé, pudieron comprobar antes de despegar como la duquesa bajó de un autobús «junto con sus nietos y su séquito de empleadas, así como de una azafata propia de Iberia, para ocupar toda la zona de business».

Los responsables de Iberia negaron que haya habido favoritismo y aseguraron que todo se debió a un problema técnico en una de las bodegas de equipajes del avión, y que además, «la prioridad fue para las maletas de los pasajeros en tránsito». L.A.