Mar Flores y Javier Merino se han instalado de lleno en el verano ibicenco tras disfrutar de unas largas vacaciones que continúan siendo íntegramente pitiusas.

La pareja, que otros años solía navegar y veranear también por otras costas y otras islas durante la temporada estival, ha tirado el ancla en la isla para vivir un verano de lo más familiar que los encontró con constantes travesías a Formentera y tardes de sol y mar en la pitiusa menor.

Esta vez no fue diferente, aunque hacía tiempo que la familia, casi al completo, no desplegaba velas a bordo del impresionante velero que el empresario adquirió el año pasado para navegar por las Pitiüses y que tiene su puerto base de verano en el puerto deportivo de Eivissa.

Cobijando a su pequeño Beltrán, Mar Flores desembarcó del velero Fortuny junto a su marido y a su hijo mayor Carlo, con los que disfrutó de una tarde muy marinera, con juegos y diversión en las playas de Formentera.

L.Aversa