El mal olor procedente de unos vertidos fecales volvió ayer a aparecer en la isla. En esta ocasión se trata de una fuga de la depuradora de ses Salines que llegó hasta la carretera, una de las más transitadas por los turistas durante el verano.

La Conselleria de Medi Ambient del Govern aseguró ayer que el motivo de la fuga ha sido un taponamiento del colector que llega a la planta depuradora por la presencia de toallas y trapos lo que ocasionó el embozo y la fuga puntual que empezó la madrugada del viernes. Fuentes de la Conselleria garantizaron que los servicios de mantenimiento de la depuradora solucionaron el problema y estaba funcionando con normalidad por la tarde.

Sin embargo, los vecinos de esta zona de ses Salines aseguran que el vertido de aguas fecales no es un hecho aislado sino que es muy habitual cada semana. Una vecina de la zona aseguraba que «había tenido que ir a lavar el coche porque estaba manchado».

Los continuos vertidos por la rotura en las conducciones de la depuradora de Eivissa está siendo un problema durante todo este verano.