Sonidos urbanos

A las 11,00 horas, uno de los más importantes artistas del hip hop español, el deejay JotaMayúscula, fue el encargado de presentar y abrir el telón de un festival que a pesar de que al principio no tuvo mucho público se fue llenando a medida que avanzaba la tarde hasta llegar a 3.000 personas y contó con unos artistas que se entregaron a fondo sobre el escenario. «Lo importante es jugar con la gente, sorprenderla con cambios de ritmo para tener al público pendiente», explicó JotaMayúscula quién tras su actuación cedió el escenario a Kultama. Este grupo formado por Kultama, Zarman, Art2 y Maten presentaron su nuevo disco de real hip hop, 'Nacional Importación'. «Nosotros reivindicamos nuestra forma de vida, hablamos de historias reales y si tenemos que criticar algo, lo hacemos», comentó Kultama. Posteriormente, salieron a escena Hize, Foves, Jesus y Little Michael, uno de los grupos pioneros del breakdance o break-boying, Supremos, que deleitaron al público con exhibiciones acrobáticas individuales a ritmo de funk de los 70. Según aseguraron, cada vez más la gente se va abriendo a este estilo de música. «La industria en Eivissa gira en torno a las discotecas pero en los últimos años ha crecido la afición por este tipo de música, prueba de ello es este festival», dijo Hize.

A las 13'30 horas, le tocó el turno a Hermano L que, acompañado en los platos por Kaloncha Family, ofreció un repertorio de canciones de estilo reggae. Seguidamente, Mr. Rango aceleró el ritmo con sus canciones de hip hop mientras el público botaba y alzaba el puño en alto.

Al mismo tiempo, pero en el exterior del recinto, los mejores artistas grafiteros expresaban sus ideas con los botes de spray. Por ejemplo, 'Sex'el niño de las pinturas' bajo el lema 'Necesito encontrar el camino no la autopista' quiso mostrar su opinión acerca de las obras. «Las personas necesitamos sacar los sentimientos que llevamos dentro y yo los expreso pintando», aseguró. Otro de los grafiteros fue Okuda, quién ha llegado a pintar en la exposición de las cuevas de Altamira. «La pintura empezó en las cuevas y ha vuelto allí con los grafitis de los muros», dijo.

Irene Luján