A pesar de esto, desde las bodegas de Can Rich señalan que tanto el calor como la humedad afectan a los cultivos, pero son fenómenos que califica de «necesarios», ya que lo que prima en los viñedos de Buscastell es la búsqueda de calidad y no de cantidad: «Cuando el tiempo es húmedo la calidad de la uva aumenta pero la cantidad disminuye. A nosotros nos conviene tener una buena calidad porque la cantidad no nos compensa».
A pesar de las altas temperaturas, Costa destaca que la vendimia se ha adelantado poco, pero muy poco, en comparación con otros años: «Las últimas lluvias han hecho que refresque un poco más por lo que no es necesario adelantar mucho más el proceso, más o menos, lo realizamos como el año pasado», indicó Costa al resaltar que las lluvias de la pasada cosecha fueron más escasas. Aún así, la vendimia suele hacerse a principios de otoño, una vez finalizado el verano y cuando la uva ya ha conseguido el tamaño y la madurez idónea. Joan Bonet de la bodega de Sa Cova sí que apunta que, en su caso, las altas temperaturas alcanzadas obligan a que la vendimia se adelante una o dos semanas en comparación con el pasado año. La bodega de Sant Mateu comercializa su caldo desde 1993, mientras que la de Buscastell desarrolla su actividad vitivinícola en el año 1999.
Costa califica la cosecha de este año de ser de «notable alto» en el caso que de que no se den hasta la próxima semana grandes lluvias ni un descenso de las temperaturas muy acusado.
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