G.R./M.A.
La lluvia acompañó ayer de forma intermitente la celebración de Sant Ciriac sorprendiendo a residentes y turistas no habituados a emplear el paraguas en las Pitiüses a comienzos del mes de agosto. Como confirmó el Centro Meteorológico de Balears, se han adelantado las tormentas más habituales en la segunda quincena de agosto, aunque parece que el mal tiempo no durará mucho. De hecho para hoy, las previsiones hablan de cielo nuboso y posibilidad de chubascos esporádicos con tendencia a mejorar este mediodía. Ayer hasta las 13 horas el Centro Meteorológico de Balears registró 1,6 litros de agua por metro cuadrado en el aeropuerto de Eivissa, mientras que en Formentera sólo se habían contabilizado unas décimas de litro. Además, desde las 9 horas hasta el mediodía habían caído en la zona de las Pitiüses aproximadamente 158 rayos.

Cuando en Formentera llueve, habitualmente se arma la marimorena. Y las tormentas de ayer por la mañana no fueron una excepción a la hora de provocar caos circulatorio, desconcierto en los turistas y enfado en los excursionistas de un día venidos de Eivissa.

La lluvia llegó a la Pitusa Menor de forma desigual ya que comenzó a llover en Sant Francesc y Sant Ferran alrededor de las nueve y media de la mañana mientras que en la Mola no caía ni una sola gota. Fueron dispersos episodios cortos, aislados pero intensos, uno de ellos acompañado de fuerte granizo, que cambiaron la fisonomía y el ritmo de vida de los formenterenses y de los turistas que deambulaban por las calles de los principales núcleos urbanos guareciéndose del agua como buenamente podían.