Julio se ha caracterizado, además de por haber sido más caluroso de lo esperable, por ser un mes especialmente seco y con temperaturas del agua del mar por encima de lo habitual, concretamente una media de cuatro grados.
Las cifras confirman la tendencia que presenta el archipiélago a partir del pasado mes de febrero, desde el que se producen temperaturas «por encima de lo normal». Por otra parte, el nuevo sistema de previsión de fenómenos meteorológicos adversos que utiliza el Centro Territorial arroja que, en Palma, de los 31 días que tiene julio, en más de un tercio (13) se ha disparado la alerta amarilla, es decir, se han detectado temperaturas mayores o iguales a los 33 grados, y en siete de esos días la alerta ha sido naranja (35-37 grados), alcanzando la alerta roja sólo el 21 de julio, con los 38,2 grados en Palma. En Menorca, 17 días han visto cómo se declaraba la alerta amarilla, mientras que en Eivissa han sido 19 días, aunque la temperatura que se contempla para este estado es de 32 grados.
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