G. ROMANÍ
El presidente del Gobierno se convirtió ayer en el primer presidente del Estado democrático en visitar, aunque en calidad de secretario general del PSOE, la isla de Formentera. Ello sucedía a las 14,44 horas cuando el «Nixe 2» atracaba en el puerto de la Savina. Sonriente y desenfadado bajó la pasarela flanqueado por Francesc Antich y Roque López siendo recibido a pie de muelle por el alcalde de Formentera, Isidor Torres, el diputado socialista, José Ramón Mateos y el secretario general de la agrupación de Formentera, Bartolo Ferrer. A esa hora y bajo un sol tórrido Zapatero partía hacia el complejo hotelero Maryland donde una multitud, alrededor de 450 personas, esperaban desde las 13 horas su llegada. Tras las breves intervenciones iniciales de Mateos y Antich, Zapatero subió a la tribuna e inició su parlamento haciendo «un acto de reconocimiento a vuestra entrega, paciencia y disposición porque lleváis un buen rato bajo este toldo y con este calor que hay que tener compromiso para hacer esto» lo cual le valió la segunda de las numerosas ovaciones de la jornada, la primera se produjo a su entrada bajo la carpa del Maryland. Con un discurso distinto al que había tenido en Eivissa, Zapatero se comprometió a la revisión del deslinde marítimo terrestre: «Os garantizo un nuevo deslinde y os prometo que será justo» en clara alusión a las dos pancartas relativas al asunto que podían verse. El presidente del Gobierno también avanzó que «habrá un nuevo cuartel para la Guardia Civil en Formentera y el año que viene empezarán las obras». Haciendo alarde de su promesa de acercar la democracia y el pueblo a la ciudadanía, Zapatero dijo «por eso he querido estar en Formentera, por estar cerca de un sitio lejos, donde no vive mucha gente, pero todos, en el país que yo concibo, tienen los mismos derechos». En este sentido señaló que «algunos se han asustado cuando hemos reformados algunos estatutos, como el de Balears, para algo tan lógico como que Formentera tenga su Consell, una cosa obvia ya que hay que acercar el poder al pueblo». El presidente resumió a grandes trazos sus compromisos electorales y los logros conseguidos en materia social, de educación, de igualdad, y auguró que en las próximas elecciones los socialistas volverían a ganar. Sin mencionar directamente el proceso de lograr el final de ETA, el presidente dijo que «he tratado de cumplir con la palabra dada y llevar los compromisos que había adquirido con los españoles hasta sus últimas consecuencias, algunos de ellos no han sido fáciles y los que tenemos por delante, de gran importancia histórica tampoco lo van a ser, pero no nos va a faltar ni empeño ni decisión».