«Es uno de los problemas de la movilidad del personal, he visto ya pasar cinco oficinas desde que estoy aquí y esto también tiene que ver con el plus de insularidad y con el hecho de que se pague poco», añade Torres, que habla también de lo difícil que resulta volver a crear de nuevo todo un grupo de trabajo, cosa que también pasa con los propios fiscales.

Esta situación se agrava en verano, ya que hay más trabajo, más detenidos y además muchos de los trabajadores de la administración de justicia aprovechan para coger vacaciones en agosto, porque aparte de las guardias y de los juicios rápidos no hay juicios normales. Además los jueces quieren acabar su trabajo antes de marcharse de vacaciones y pasarlo a Fiscalía para irse tranquilos, con lo que los fiscales se encuentran «con un buen lío», en palabras del propio Torres.

Por otro lado, la falta de medios es patente, «como en toda la Administración de Justicia». Los locales del Ministerio Fiscal en la calle Aragón de Eivissa ya se están quedando pequeños y en estos momentos ya están teniendo problemas para archivar los expedientes. «Si en un año o en año y medio no se ha construido ningún edificio judicial nos veremos muy colapsados», asegura Torres, que añade que dos chicas que han llegado nuevas tienen que compartir despacho.

La situación del Ministerio Fiscal se añade a los problemas, de sobra conocidos, de los juzgados de Eivissa, cuyos funcionarios ya han reclamado en muchas ocasiones un nuevo edificio o la mejora del actual, que se encuentra en unas condiciones lamentables y que también se colapsan en verano.