Adentrarse en la belleza que esconde el fondo marino y descubrir que también hay vida en él está al alcance de todos.

El club 'Anfibios' de Platja d'en Bossa brinda la oportunidad de conocer de primera mano la infinidad de especies y de vegetación que decoran los alrededores de la isla de Eivissa. «Es una experiencia muy bonita porque estar dentro del mar te da una sensación de libertad y tranquilidad única», explicó Jaume Torres, profesor del club.

Las condiciones del mar Mediterráneo resultan idóneas para este tipo de práctica. «Nuestro mar nos permite bucear casi todos los días ya que no suele tener muchas corrientes, ni olas, ni viento y esto permite que haya también mucha visibilidad», destacó Israel Robledo, otro de los monitores del club.

Las clases de buceo cuentan con un número reducido de alumnos, de uno a cuatro, con uno o dos monitores que van supervisando cada uno de los ejercicios.

Estos cursos ofrecen un viaje al fondo del mar nadando entre corales, pulpos, barracudas, morenas, meros o estrellas de mar sin problemas para los alumnos y respetando el medio en el que viven estas especies. «Los peces que habitan en el Mediterráneo no son agresivos; en el pacífico si que resulta más peligroso nadar entre ellos», aclaró el profesor Thomas Moulin, y Jaume añadió: «Por eso tendríamos que aprovechar que vivimos rodeados de un mar idóneo para los deportes acuáticos».

En este sentido, la formación resulta imprescindible para asegurar las condiciones necesarias de seguridad. «Se trata de enseñar a bucear con seguridad y que la gente se divierta. Tenemos que diferenciar el buceo de la apnea pues los apneístas bucean con tubo y en la mayoría de los casos hablamos de personas sin preparación que bucean sin compañero y en condiciones extremas llegando a aguantar bajo el agua hasta cinco minutos a pulmón», explicó Jaume, y añadió: «La regla básica del buceo es ir dos personas porque siempre el compañero te puede salvar. En el caso de la apnea puede producir enfermedad descompresiva porque acostumbran al cuerpo a recibir menos oxígeno pero fuerzan demasiado y se ahogan. En cambio, en el buceo estás continuamente respirando».

La advertencia más importante que reciben los buzos antes de sumergirse en las profundidades del Mediterráneo es respirar continuadamente y no aguantar nunca la respiración. «Hay que respirar como se respira normalmente», dijo Israel.

Para ello, se realizan prácticas previas en la piscina como toma de contacto con el nuevo equipamiento compuesto de máscara, aletas, traje de neopreno, jaket, cinturón de plomo para sumergirse, botella de aire, regulador y manómetro. En estos ejercicios los alumnos aprenden a respirar, recuperar el regulador, expulsar el agua de la máscara y compartir la fuente de aire alternativa con un compañero para estar preparados en su travesía por el mar. Irene Luján