En otra de sus alegaciones, el GEN señala los impactos negativos que tendrá esta infraestructura sobre la posidonia existente en la zona. «Harían falta siglos, sino milenios, para conseguir que la posidonia desarrollase una pradera en buen estado y madurez como la que hay ahora mismo», destacan los ecologistas, que consideran inviable la propuesta de replantación que propone la promotora, por la lentitud de crecimiento de esta especie.
El GEN también critica que no se ha contemplado la riqueza arqueológica de la zona. En concreto citan dos campañas de prospección y excavación submarina que promovió el Consell en 2002 y 2003 y que mostraron evidencias de que en la zona se había producido una batalla naval, con la posible existencia de barcos hundidos.
Otra de las cuestiones importantes para el GEN es la «práctica desaparición» de la playa de ses Figueretes y la pérdida de la calidad del agua de baño debido a la merma de posidonia, que proporciona «transparencia al agua y arena a las playas». «El proyecto expone como únicas supuestas virtudes, las de carácter económico, pero sólo de cara a la promotora», añaden los ecologistas, que consideran que otros negocios de la zona sufrirán un impacto negativo.
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