E. RODRÍGUEZ
El 16 por ciento de las internos en la cárcel de Eivissa han ingresado en el centro penitenciario como consecuencia de un delito de maltrato en el ámbito familiar, según explicó ayer su director, Juan Carlos Carrillo, quien apuntó que muchos casos se deben al incumplimiento de órdenes judiciales de alejamiento. La cárcel imparte un programa específico a cargo de dos psicólogos para tratar este problema. El año pasado se aplicó a ocho internos.

El director del centro penitenciario de Eivissa firmó ayer con el presidente del Consell, Pere Palau, un convenio para ampliar la oferta formativa y de ocupación de los presos. El presidente destacó que este convenio tiene como objeto facilitar la reinserción de estas personas en la sociedad una vez que salgan de la cárcel. En este sentido, Carrillo apuntó que «la reeducación es una inversión en seguridad para todos».

Actualmente, hay un total de 120 personas internas en la cárcel, 10 de ellos en régimen abierto, lo que les permite salir a trabajar fuera del centro, cifra que su director considera «normal» a estas alturas del año. Precisamente, Carrillo destacó que a diferencia de la mayoría de los centros penitenciarios del Estado, con un incremento constante de ingresos, el presidio de Eivissa mantiene la misma tendencia que hace 20 y 10 años con una subida de internos en la época estival y un decremento en los meses de invierno. Precisamente, el verano pasado se alcanzó una cifra récord de 147 internos. En esta época del año también aumenta la estancia de personas extranjeras, llegando a ser un 40 por ciento del total, debido a la existencia de delincuentes que también vienen a hacer la temporada. Ahora mismo el número de extranjeros presos es del 33 por ciento. Carrillo recalcó que «muchos internos» no llegan a pasar una semana en el centro y que «muchísimos» no alcanzan ni un mes. El 70 por ciento de los presos son drogodependientes, una constante que se repite en el resto de cárceles de España. De la misma manera, la mayoría de los ingresos en la cárcel de la isla se debe a la comisión de delitos de robos y hurtos y tráfico de estupefacientes.