M.A.
Durante su exposición pública el proyecto de recuperación del borde litoral entre el puerto de Sant Antoni y Cala Gració ha sido objeto únicamente de las alegaciones del Pacte y de seis particulares , lo que implica, según la concejala de Urbanismo, Josefa Costa, «muchas menos sugerencias que las que recibió en su momento el paseo marítimo» que en el año 2000 fue desechado y que ahora ha sido modificado. Asimismo, la edil destacó que ninguna de las alegaciones presentadas «se opone al paseo». En tres casos, particulares, los afectados se manifiestan «en contra de que se ocupe la servidumbre de tránsito de su propiedad» y preguntan por qué «el trayecto no transcurre por dominio público».

Por su parte, los progresistas han presentado una batería de 24 alegaciones en las que ponen de manifiesto, entre otras cosas, el hecho «incomprensible» de que el paseo se ensanche hasta 10 metros en dos tramos de su recorrido, lo que, según la portavoz del Pacte de Sant Antoni, Laura Carrascosa, supone una «contradicción con respecto a la memoria del proyecto», que marca una anchura entre cuatro y seis metros para la mayor parte del paseo. El Pacte reclama una justificación para esta «incongruencia» que se produce «en la zona del Coast Line y entre el bar Tiburón y el Sabana». Otra de las alegaciones de los progresistas critica que la cartografía utilizada es muy antigua y que debería actualizarse porque no se corresponde con «la realidad edificada». «El proyecto está lleno de fallos», subrayó ayer Carrascosa, que criticó también que no quede suficientemente justificada la separación entre la calle Ponent, al final de Caló d'es Moro, y la zona marítimo terrestre, y que las farolas que se pretenden instalar, de seis metros, son demasiado altas y provocarán un exceso de contaminación lumínica. Carrascosa pidió también que se haga una exposición pública del proyecto en el que se muestren los materiales que se emplearán, y que se aclare cómo se llevará a cabo el proceso expropiatorio.