E. RODRÍGUEZ
El empresario y ex ministro Abel Matutes aseguró ayer a este periódico que estaría «encantado» de seguir formando parte de la comunidad de regantes de Can Bossa, beneficiaria del proyecto de riego previsto por el Ministerio de Agricultura, con una inversión estatal de 2,6 millones de euros, si así lo quiere el resto de sus componentes. «Pueden estar tranquilos. Nosotros no necesitamos ninguna ayuda, pero si ellos necesitan que continuemos para aprovechar el excedente del agua, estamos encantadísimos de poder estar», dice Matutes.

Los regantes se reunieron hace varias semanas para tratar la solicitud de baja de Matutes de la comunidad, y, en ese encuentro, acordaron poner de manifiesto su interés en que Matutes siga vinculado a este plan de riego aunque en sus terrenos contemple la construcción de un campo de golf, aprovechando, si cabe, el excedente del agua que se utilice para el riego agrícola.

Matutes recalcó que sus empresas «no necesitan ninguna ayuda para llevar agua a sus infraestructuras», para puntualizar acto seguido: «No haremos nada que les perjudique [a la comunidad de regantes], por lo que si a ellos les interesa que estemos allí para aprovechar el excedente lo haremos». El empresario recalcó, además, que esta propuesta es «lo más racional» y no sólo para los regantes, sino para la isla en general. «Es bueno para ellos y también para Eivissa por lo que supone para la regeneración de los acuíferos».

Inicialmente, el Ministerio de Agricultura, tras conocer la intención de Matutes de darse de baja de la comunidad de regantes, no tenía intención alguna de alterar este proyecto, según fuentes consultadas por este periódico. Como los terrenos del golf se encuentran en un extremo de la zona regable, el proyecto se podía desarrollar sin afectar al entramado de tuberías del resto de las fincas. Matutes cree que el proyecto tampoco tiene por qué correr peligro si finalmente se queda en la comunidad de regantes. «No quiero hacer especulaciones, pero, primero, nosotros no necesitamos fondos públicos para nuestras instalaciones; segundo, la prioridad debe ser para el riego agrícola y los regantes quieren que continuemos y, además, se evita que se tire al mar un agua que puede enriquecer los acuíferos. Supongo que eso lo facilita todo», argumenta el empresario.