Imagen de la colocación de la primera piedra de las obras.

El conseller de Medi Ambient del Govern de les Illes Balears, Jaume Font, puso ayer la primera piedra de las obras de ampliación de la depuradora de Formentera en presencia del alcalde de la isla, Isidor Torres, del vicepresidente del Consell, Josep Mayans.

Esta ampliación consiste en la construcción de un nuevo reactor biológico de doble línea y la incorporación de un tratamiento físico-químico de emergencia por decantación. Según Font, «la remodelación planteada en la planta permitirá un alto grado de flexibilidad a fin de que las instalaciones se adapten con facilidad a la población existente en la isla según la temporada del año».

Los cálculos que maneja la Conselleria son de que la planta depuradora dará servicio a una población de 14.000 habitantes en temporada alta y 5.6000 en temporada baja, tratando un caudal máximo de 3.500 metros cúbicos diarios de aguas residuales en plena temporada y 1.225 metros cúbicos en temporada baja. Sorprenden estas cifras por cuanto en verano en la isla puede llegar a haber entre 35.000 y 40.000 personas y todas, mediante pozos negros o el servicio de alcantarillado, precisan que sus aguas residuales bien a través de colectores o de los camiones que vacían pozos negros, sean tratadas. Paralelamente Font anunció una inversión de un millón de euros para cambiar y mejorar el sistema de colectores del alcantarillado de la isla.

El agua depurada podrá servir para riego terciario y, por ello, se acumulará en una balsa situada junto a la planta. Por último el conseller afirmó que se va a utilizar un sistema hermético para la recogida de aguas residuales en la planta y en el punto en el que los camiones cuba vierten el contenido de los pozos negros, para eliminar de forma definitiva los malos olores que genera la planta en las zonas colindantes como Sant Francesc y S'Estany Pudent.