El Consell teme que el Ministerio de Agricultura se replantee el
proyecto de la red de riego de Can Bossa, aprobado por el Consejo
de Ministros el pasado 10 de marzo con una inversión de 2,6
millones de euros. «Es una posibilidad», admite Joan Ferrer,
coordinador del departamento de Agricultura del Consell, quien
destaca que, tras la decisión del Grupo de Empresas Matutes de
abandonar la comunidad de regantes, este proyecto se verá afectado.
«No estoy en condiciones de dar respuestas concretas porque no
depende sólo del Consell, pero no hay ninguna duda de que el
proyecto se verá afectado porque no es lo mismo contar con un
caudal u otro», dice.
Precisamente, los terrenos Fiesta Hotels & Resort S.L., de
la familia Matutes, que forman parte de la comunidad de regantes
abarcan una superficie de 44,9 hectáreas, lo que supone un 60 por
ciento del total. Esta empresa comunicó el martes al Consell su
intención de darse de baja de la comunidad de regantes porque en
esas fincas tiene previsto construir un campo de golf, cuando los
estatutos de este grupo de comuneros establece que el agua se
utilizará exclusivamente con fines agrícolas.
El empresario Abel Matutes destacó en declaraciones a este
periódico que está a disposición de la comunidad de regantes, que
abordará este asunto la próxima semana en una reunión, para pactar
«la forma y los plazos para formalizar la baja» más adecuados para
evitar un perjuicio al resto de regantes. Aparte de la posibilidad
de que el Ministerio de Agricultura se replantee el proyecto, el
Consell también apunta que también cabe la posibilidad de que lo
hagan los regantes. «Hay ésta y muchas otras posibilidades», dice
Ferrer, que recuerda que una red de este tipo conlleva unos costes
de mantenimiento que varían muy poco en función de si «hay muchos o
pocos regantes». «La diferencia es que si son menos los costes se
disparan. Los costes no son proporcionales», justifica.
Ferrer recuerda que el Consell trabaja en la puesta en marcha de
este proyecto de regadío desde 2002 con la idea de aprovechar las
aguas residuales. La administración insular está impulsando más
proyectos en otras zonas de la isla, como Sant Mateu. El proyecto
de Can Bossa es el más sencillo de todos por las condiciones del
terreno, la proximidad de las fincas a la planta depuradora, así
como por las dimensiones de la superficie regable.
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