Más de 60 antidisturbios ampararon ayer la entrada de las máquinas
en la finca de es Puig, en la carretera de Sant Antoni, ante la
presencia de cerca de una treintena de antiautopista que intentaron
evitar, sin éxito, la entrada de las máquinas. La actuación
policial acabó con cuatro detenidos, tres de ellos familiares
directos de los propietarios.
Las máquinas, que llegaron alrededor de las 10 de la mañana,
fueron custodiadas por cerca de medio centenar de antidisturbios,
cifra que fue aumentando con el paso de las horas. El representante
de la administración entregó una copia del acta previa y otra de la
ocupación a los propietarios (María, Margarita y Antonia Sala
Ramón), quienes indicaron que no conocían hasta ese momento cuántos
metros se expropiaban: «Tuvimos una reunión con el alcalde de Sant
Antoni, José Sala, que nos prometió que tendríamos una respuesta
entre el viernes y el lunes pasado. La respuesta ha sido la llegada
de las máquinas y de los antidisturbios sin firmar nada», indicó
María Sala, entre nervios e impotencia de ver cómo «roban nuestras
propiedades».
«En el acta previa todos los nombres estaban mal con lo que no
llegaron a entrar, y según los proyectos nos expropiaban 60 metros
cuadrados. Ahora nos dicen que son 3.000 y que nos pagan 18.000
euros», explicó María Sala. Una vez que las máquinas ya avanzaron
por uno de los tramos de la finca de es Puig, ante la mirada de los
vecinos que sí firmaron la expropiación, arrasando los algarrobos
existentes, los manifestantes tuvieron que relegarse hasta dentro
del vallado de la vivienda para evitar la entrada en el terreno en
el que la familia de Can Baned cultivaba limoneros y naranjos.
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