C.ALCÀNTARA
La residencia asistida de Cas Serres ha aumentado los ingresos el pasado año, ya que de los 66 registrados en 2004 se ha pasado a 80 en 2005. «Ha sido un número de ingresos muy elevado. Es un cambio muy grande no sólo por los pacientes que han pasado sino por la complejidad», comentó Mª José Marí, directora de la residencia de Cas Serres. El centro, que tiene un incide de ocupación muy elevado, dispone de 166 camas.

El convenio de colaboración entre el Consell con el hospital Can Misses, que contempla que Cas Serres cede camas al Ib-Salut, ha supuesto un giro de 180 grados en el funcionamiento Cas Serres que ha visto cómo ha cambiado el tipo de paciente, más joven y con más problemas de salud. Un perfil muy distinto al tipo tradicional de la residencia asistida. Este cambio ha afectado desde el punto de vista sanitario. «Los médicos estaban habituados a un tipo de paciente mayor y ahora es más complejo. Las patologías requieren consultas bastante frecuentes con los especialistas de Can Misses sobre los procedimientos, la forma de actuar y eso es un cambio importante para ellos», subrayó la directora de la residencia, Mª José Marí.