El Parlament aprobó en el pleno de ayer la Ley de Voluntades Anticipadas, que contempla el «testamento vital», que a partir de ahora facultará a los enfermos a declarar ante un registro en la Conselleria de Salut si desean o se oponen a recibir un tratamiento para intentar prolongar su vida artificialmente cuando padezcan una enfermedad irreversible. La propuesta fue aprobada parcialmente por unanimidad, aunque el diputado socialista Miquel Gascón pidió que no hacía falta incluir que la iniciativa no suponía autorizar la eutanasia. Gascón recordó que, de hecho, la eutanasia es ilegal y que, por lo tanto, era innecesario incluirlo en la ley. «La única eutanasia es ilegal», subrayó Gascón, quien defendió las enmiendas presentadas por los socialistas a la ley. Finalmente, las enmiendas fueron rechazadas y la ley se aprobó por unanimidad en la mitad de su articulado.

Durante el pleno, el conseller d'Educació, Francesc Fiol, tuvo que responder hasta cuatro preguntas sobre el respaldo del Govern a la enseñanza concertada. Primero, el socialista Andreu Bosch acusó a Fiol de concertar plazas de bachillerato en detrimento de la enseñanza pública. El conseller auguró que «ningún instituto va a quedarse vacío porque se ha registrado un importante incremento de población».

La diputada socialista Rosamaría Alberdi planteó a Fiol los motivos por los cuales no dedicaba el dinero de la enseñanza privada a la enseñanza pública. «Su política educativa va en contra de la igualdad y la equidad», acusó Alberdi.