El Govern intensificará las inspecciones sobre el terreno en la
zona de riesgo de gripe aviar en Balears (Albufera de Alcúdia y
Albufereta de Pollença) y en las áreas de especial vigilancia
(Salobrar de Campos, Son Navata de Felanitx, Albufera des Grau en
Menorca y ses Salines d'Eivissa i Formentera) en busca de cadáveres
de aves que puedan hacer sospechar de la llegada de esta enfermedad
a las Islas.
La comisión técnica balear de la gripe aviar se reunió ayer y
decidió reforzar las labores de muestreo y análisis de aves (tanto
salvajes como de corral) y el rastreo de terrenos por si se
encuentra algún animal muerto cuyo óbito pueda estar relacionado
con la enfermedad, que ya ha llegado a países de la Unión Europea
como Alemania, Austria e Italia y Grecia.
Las medidas de prevención vigentes actualmente se mantienen al
menos hasta el 31 de mayo en los municipios limítrofes con la zona
de riesgo: Pollença, Alcúdia, Muro, sa Pobla y Santa Margalida.
Antoni Pellicer, director general de Salut Pública; Joan Carles
Torrens, director general d'Agricultura; y Antoni Gómez, director
general de Caça i Protecció d'Espècies, como miembros de la
comisión, explicaron ayer que, de momento, se ha descartado ampliar
las zonas de riesgo o las restricciones actuales, al creer que el
peligro de que se encuentren aves infectadas es bajo. Sin embargo,
los tres comentaron que la llegada de la primavera, sobre todo los
meses de abril y mayo, será una época de mayor riesgo, coincidiendo
con el momento álgido de las emigraciones de aves de Africa hacia
Europa. Una vez pasada la primavera, ya en verano, el riesgo
volvería a bajar.
Hasta el momento, se han tomado 266 muestras de aves en Balears
para comprobar si están infectadas de gripe aviar y todas ellas han
resultado negativas. Otras 22 están pendientes de resolución.
Los análisis para saber si se trata de un virus H1 se pueden
saber pronto, en 24 ó 48 horas, mientras que la presencia de la
cepa N1, la conocida como gripe aviar, tarda una semana en ser
confirmada.
Antoni Pellicer reiteró que la gripe aviar sigue siendo una
enfermedad animal que raramente pasa a los humanos e insistió en el
mensaje de tranquilidad a la sociedad, recordando que, pese a la
existencia en Balears de zonas húmedas, las Islas no aparecen como
una zona de elevado riesgo en comparación con otras que reciben a
un número mucho mayor de aves migratorias, como Doñana o
Murcia.
La comisión ya tiene previsto el protocolo si se detecta un ave
con gripe aviar o un caso altamente sospechoso. En un radio mínimo
de 3 kilómetros, se prohibiría el movimiento de aves de corral, se
prohibiría la caza, no se permitiría la salida de plumas y pajas de
las granjas y no se autorizaría la presencia de aves en ferias,
mercados, concentraciones o competiciones. Si se detectase un
ejemplar con gripe aviar en una granja o corral, se eliminarían
todas las aves de ese recinto. Todo ello se añadiría a la
obligación, ya vigente, de que cualquier granja, corral o
explotación incluida en los municipios de la zona de riesgo tengan
sus aves bajo cubierto. Además, se crearía una zona más amplia de
vigilancia, con un radio de 10 kilómetros, donde sólo podría haber
movimiento de aves en su interior y sólo se permitiría fuera de ese
espacio bajo control y con destino a un matadero.
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