Carretera, cuero y rock n'roll. Los amantes de la motos, y en
especial de las Harley Davidson, se abandonan a esta afición cada
vez que pueden para recorrer kilómetros y kilómetros montados en
verdaderas reliquias del motociclismo.
Lina comparte la afición con su marido Juanjo desde hace sólo dos
años. Él ya era motero antes de conocerse y ahora ella también
viste de cuero negro para acompañarle a todas las concentraciones.
«Ir de acompañante, o de 'paquete', como se conoce no es incómodo.
Creo que es nada más que un mito», aclaró Lina.
En la isla hay tres grupos de moteros que con más o menos
periodicidad se reúnen para dar rienda suelta a su motor con ruido
patentado. Son los Corsarios, los Dragons y los Paladines, que
comparten y mantienen una afición que no distingue edad, sexo,
clase social, trabajo o profesión.
En concreto, Paladines Custom Club Ibiza cuenta con una
treintena de moteros asociados. Cada domingo por la mañana, se dan
cita en un bar de Sant Jordi para dar una vuelta a la isla guiados
por el presidente de la asociación Mariano Moreno. Asturias,
Portugal y Galicia son algunos de los destinos que han alcanzado
para asistir a concentraciones, así como desde su fundación, en el
año 1996, la asociación ha organizado encuentros en Eivissa a los
que han llegado a asistir 800 moteros de todo el país. «Por
distintas circunstancias llevamos dos años sin organizar
concentraciones, pero este año, aprovechando la incorporación de
nuevos socios, volveremos a organizar la actividad», señaló Moreno
sobre lo que será la 'IX Reunión Harley Custom' del mes de agosto,
una concentración que tiene previsto atraer a 1.200 participantes
de todo el país y del extranjero. «Hasta la fecha son 17 las
concentraciones que el club lleva organizadas. En primavera
hacíamos el 'El día de la moto pitiusa' y en agosto la 'Reunión
Harley Custom'», aclaró el presidente de la asociación.
Cualquiera puede ser motero siempre que se deje llevar por la
afición, y éste también es el caso de Joaquín Rosauro, un Guardia
Civil que en sus días libres cambia el uniforme de trabajo por el
cuero negro, los guantes y el casco. «Llevaba 20 años detrás de
tener una moto y al final lo he conseguido. Ahora tengo una Harley
Davidson 1450», comentó Rosauro, que además de hacer una gran
inversión para comprarla lleva gastado casi 18.000 euros en
personalizarla. «Una moto de estas vale un dineral. La más pequeña
de las Harley puede valer alrededor de 9.000 euros», agregó el
Guardia Civil, para quien recorrer las carreteras de Eivissa y de
la península «es una aventura», que acaba de vivir con los otros
Paladines en la última concentración de Benicassim, el domingo
pasado.
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