Cartones en el suelo, un equipo de música a pilas y muchas ganas
de entrar en calor al ritmo defunky y ebreak beat.
Las tardes son cada vez más frías, pero aún así los integrantes
del grupo breaker 'No name' entrenan toda la semana para
perfeccionar esas espectaculares piruetas que caracterizan a este
baile urbano, nacido en el Bronx en los 80.
Sus edades van desde los 9 hasta los 20 años, y todos se tratan
entre unos y otros como hermanos. Aseguran ser la única banda
organizada de breakers de la isla, aunque reconocen que existe otra
en Eivissa con la que hay muy «buen rollo» y una más en Platja d'en
Bossa formada por sudamericanos, con la que no se tratan porque
según aseguran, «es una banda cerrada».
Bailar en la calle para ellos es una forma de mostrarse, lucirse
y captar adeptos, aunque reconocen que tener un local en el que
reunir a más breakers de la isla, así como enseñar a todos los que
quieran aprender, les vendría muy bien. «Los skaters, tienen su
skate park, la gente que juega al basquet tiene sus pistas de
basquet y nosotros no podemos tener cuatro paredes y un techo donde
entrenar cada día», señala Mario Torres Santos, un joven de 20 años
que ya ha impartido cursos de breakdance en el Casal de Joves y en
el Punt Jove de Santa Eulària, y que, a pesar de que era de la
banda de Eivissa, se ha unido a los breakers de Sant Antoni después
de conocerles en «un pique» que se libró hace dos años entre ambas
bandas en una discoteca. «Este baile es como una pelea, pero no te
das con los puños sino con los pasos de baile. Tú puedes ser una
persona muy tranquila fuera debreak dance pero en la batalla tienes
que ser el más chulo, el más activo y el más expresivo», explica
Mario, que ya ha ganado muchas veces «orgullo y respeto» gracias a
sus arriesgados y vistosos pasos de baile.
Pero más allá de los códigos y de las leyes que engloban a este
grupo, aseguran que no por vestir ropas sueltas son como los Lating
Kings, ni porque estén en la calle tienen nada que esconder ante la
Guardia Civil, que no escatima en preguntas un día sí y otro
también. «Nos tratan como delincuentes porque la falta de
información en Eivissa es mucha», destaca este breaker para quien
otro de los inconvenientes de no tener una sede, es que a ellos se
les suman «chavales pequeños a los que no les hace bien ver todo lo
que pasa en la calle». Luciana Aversa
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.