La presidenta socialista del Consell Insular de Menorca, Joana Barceló, cree que la creación de un consell en Formentera obedece a «una estrategia para introducir un elemento de distorsión» y a un intento de «reducir la capacidad de autogobierno». En declaraciones a la edición menorquina de este periódico, Barceló asegura que «no es lógico» que se promocione tanto el consell de Formentera y, en cambio, «el consorcio de obras, la promoción turística mediante una fundación y la empresa pública para gestionar las políticas de juventud se Formentera se transfieran a Eivissa».

El presidente del Consell de las Pitiüses, Pere Palau, dice, en cambio, que la Fundación para la Promoción Turística, que absorbe el antiguo Patronat de Formentera, «no choca» con la intención de crear un consell en Formentera. Es más, afirma que es «un gran paso» para el autogobierno de la pitiusa menor.

No obstante, Barceló entiende que la constitución de un cuarto consell se ha convertido en «una excusa para rebajar las competencias de los consells» y afirma que, mientras el PP no demuestre lo contrario, «todo indica que quiere modificar el equilibrio territorial pactado». Precisamente, el presidente Pere Palau reconoció en declaraciones a este periódico que aspira a lograr un diputado más para Eivissa, aunque también aseguró acto seguido que ahora no es el momento de pedirlo.

Menorca no quiere perder peso político en favor de las Pitiüses. La presidenta menorquina ha criticado, además, esta semana un supuesto trato de favor del Ejecutivo de Matas hacia el Consell de Eivissa y Formentera en lo que concierne a los presupuestos previstos para el año que viene. Buena parte de la actualidad de esta semana en Menorca ha girado en torno a la denuncia hecha por la presidenta del Consell sobre «el trato discriminatorio que el Govern inflige a Menorca en comparación con las Pitiüses». «Si comparamos las inversiones que destina aquí y las que constan en el proyecto de presupuestos del Consell de Eivissa y Formentera, salimos claramente perjudicados», decía Barceló a principios de semana.