El alcalde de Santa Eulària, Vicent Guasch, afirmó ayer a este
periódico que el primer teniente de alcalde y concejal de
Urbanismo, Vicent Riera, «no tiene ninguna culpa» en la concesión
de la licencia para la construcción de un restaurante sobre las
dunas de Cala Nova. Riera es pariente del promotor de la obra y
participó en la comisión de gobierno en la que se acordó la
concesión del permiso de obra. El juez del Juzgado de Instrucción
número 1 de Eivissa, Juan Carlos Torres, ha ordenado apertura de
juicio oral contra Riera y la arquitecta municipal que informó a
favor de la licencia. El fiscal solicita para ambos una
inhabilitación durante unos años para ejercer cargos públicos, así
como el pago de una multa.
El alcalde asegura que en el caso de que hubiera condena de
inhabilitación «no tendría más remedio que acatarla», aunque
entiende que «no sería justa». Apunta Guasch que el acuerdo fue
unánime y que, aunque Riera se hubiera abstenido en su aprobación
por su parentesco con el promotor, ésta se habría aprobado igual
porque contaba «con el informe favorable del arquitecto, incluido
el de Costas». «Confío en que no acabe en nada, pero yo tengo muy
claro que no tiene ninguna culpa», subrayó el alcalde, quien
entiende que este asunto tiene un trasfondo político.
Por su parte, el portavoz del Pacte en Santa Eulària, Carlos
Salinas, aseguró ayer que también se debería pedir la
inhabilitación de todos los miembros de la comisión de gobierno que
acordaron la concesión de la licencia, aunque reconoce que Riera
debería haberse abstenido: «Si la licencia está mal dada, habría
que procesar a toda la comisión de gobierno». Salinas critica que
las normas urbanísticas aprobadas provisionalmente por el Consell
declaran urbana esta zona para tratar de salvar la cabeza de sus
políticos. «Esperamos que la Justicia sea más sensata que el PP»,
dijo.
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