Las coordinadoras de Alas, Gloria López y Noemí Tur, fueron las encargadas de leer el manifiesto, ayer por la tarde, en el paseo de Vara de Rey. Fotos: GERMÁN

La Asociación de Lucha Antisida (ALAS) salió ayer un año más a la calle para llamar la atención sobre la gravedad de esta enfermedad, que padecen 45 millones de personas en todo el mundo. Esta vez el acto tuvo mucho de reivindicativo, porque los miembros de la asociación no repartieron información a modo de protesta. «Sentimos que tenemos las manos vacías, la administración no nos da el apoyo suficiente. Necesitamos más recursos económicos, más recursos humanos y por eso sólo leemos el manifiesto y repartimos lacitos y preservativos. Aunque el acto sea un poco pobre, en realidad es lo que queremos transmitir, esta pobreza de recursos en la que nos encontramos», explica Noemí Tur, coordinadora de ALAS en Eivissa.

Precisamente en el manifiesto que leyeron ayer tarde la propia coordinadora y una representante de la asociación de Palma, Gloria López, se preguntaban a qué tasas de incidencia del VIH se tiene que llegar para que los poderes públicos hagan algo. «¿Se tienen que triplicar los casos para que se incremente la ayuda a las entidades, una labor que hacemos desinteresadamente y que en realidad le correspondería a la administración?». Pero los dardos no sólo iban dirigidos a las instituciones. Desde ALAS consideran que tampoco tienen el suficiente apoyo de la sociedad. Algo que se pudo palpar también en la concentración de ayer. Apenas una veintena de personas se acercaron a Vara de Rey durante la lectura del manifiesto y entre ellos, ningún político. Luigi Ravelli, portavoz del Colectivo de Gays, Lesbianas y Transexuales, se lamentaba de la poca convocatoria. «Es una pena que venga tan poca gente».

En el manifiesto que leyeron las representantes de ALAS también destacaron que Balears es la primera comunidad en índice de sida y que «la transmisión en las relaciones heterosexuales continúa creciendo, así como entre las mujeres». El acto terminó con aplausos, con una mesa prácticamente vacía y, eso sí, con muchos lazos rojos.C. Roig