Ayer se cerró al tráfico la calle Ramón y Cajal para empezar las obras de remodelación.Fotos: M. TORRES

El Ayuntamiento de Sant Antoni retomó ayer el proyecto de reforma y rehabilitación integral del casco antiguo de Sant Antoni, que se inició el año pasado con la remodelación de la calle Ample y que continúa ahora con obras en seis nuevas calles: Ramón y Cajal, Dinamarca, Ramon Llull, Progrés (entre calle Alicante y calle Soledad), Sant Antoni (hasta la Plaza de España) y Antoni Riquer (desde la calle Ample hasta la calle del Mar). Las nuevas actuaciones, que suman un presupuesto de más de cuatro millones de euros, tienen un plazo de ejecución de cuatro meses, por lo que el alcalde, José Sala, confía en que estén terminadas «el 7 de marzo». Los trabajos, financiados en un cincuenta por ciento por la Conselleria balear de Comerç, Indústria i Energia, contemplan la renovación del pavimento y el mobiliario urbano, el soterramiento de los tendidos eléctricos y telefónicos y la separación de las conducciones de pluviales de las de fecales. Ayer la calle Ramón y Cajal se cerró al tráfico para iniciar las obras de reforma, en las que se invertirán más de 1,5 millones de euros, el presupuesto más alto de las seis calles. Ferrovial es la empresa que se encargará de todas las remodelaciones excepto de la de Antoni Riquer, que reformará Puig Barreda.

Sala explicó que mientras duren los trabajos estarán completamente «hábiles y abiertas al tráfico las calles del West, que normalmente son de acceso restringido» para «disminuir el efecto negativo de las obras». Además, cambiará la dirección de la calle Gaudí, por la que los vehículos tendrán que transitar desde calle Balançat hasta la calle Faro. También se habilitarán aparcamientos disuasorios en la calle Ample (haciendo esquina con la calle Rossell) y en la calle Progrés (esquina Reyes Católicos). El alcalde adelantó que previsiblemente estos proyectos se compatibilizarán este invierno con otras actuaciones como las obras previstas en la Plaza de España.