El sector agrícola de las Pitiüses no ha presentado ni una sola solicitud a la línea de ayuda promovida por el Govern para paliar los efectos de la sequía. Esta convocatoria extraordinaria, cuyo plazo de solicitud terminó hace poco más de una semana, estaba dirigida a las explotaciones de cereales y ganaderas extensivas de las islas y contaba con un presupuesto global de un millón de euros.

Pese a que la falta de agua de este ciclo agrícola también ha afectado a los agricultores y ganaderos de la isla, éstos no han optado a esta ayuda económica porque, según explican fuentes del Consell Insular, no compensan puesto que no se trata de una inversión directa, sino indirecta a través de préstamos bancarios sin interés: «Esta ayuda sólo es rentable para las grandes explotaciones y es, por eso, que aquí nadie ha optado a ellas».

La Conselleria balear d'Agricultura ha tramitado 900 solicitudes en Mallorca e incluso se ha abierto una polémica con la asociación de agricultores ASAJA por el periodo dado por l administración para la tramitación de las solicitudes.

Por otra parte, el Ministerio de Agricultura ha confirmado la entrega de 1,5 millones de euros al Govern balear para paliar los efectos de los temporales y las heladas del primer trimestre de este año. No obstante, según la Conselleria d'Agricultura, esta ayuda se dirige a paliar los daños producidos en la cosecha de patata de sa Pobla, valorados en tres millones de euros y que Govern balear y Gobierno central acordaron sufragar a medias. El Consell Insular mantiene que no se ha abierto ninguna línea de ayuda específica en Eivissa por los daños del temporal porque se estaba a expensas de las negociaciones entre Palma y Madrid.

Tres o cuatro invernaderos quedaron muy afectado, aparte de cultivos de hortalizas propios de invierno como la col, lechugas o espinacas. El Consell sí tramitó el año pasado una ayuda de 236.000 euros 1 50 agricultores para hacer frente a las pérdidas producidas por la fuerte lluvia de granizo registrada en junio de ese año y que afectó a 127 hectáreas de todo tipo de cultivos.

La cooperativa agraria de Santa Eulària ha recogido este año aproximadamente la mitad de la cosecha de forraje y cereales del año anterior a causa de la sequía. La falta de lluvia también ha afectado severamente a la calidad de la producción, con una reducción del tamaño del grano y, en consecuencia, su poder alimenticio.

Este año ha fallado el ciclo natural de lluvias que garantiza la cosecha de estos cultivos (en octubre, durante la siembra; en febrero, para su crecimiento, en febrero; y en abril para el engorde del grano), agravada, además, con las heladas de enero. La caída de las temperaturas retrasaron el crecimiento de la planta y, luego, no volvió a caer ni una gota más, en un mal año para el campo.