E. RODRÍGUEZ / B.ROSELLÓ
Las ofertas presentadas por las empresas que optan a la concesión del puerto deportivo Ibiza Nueva auguran una importante subida del precio de los amarres. Alguno de los empresarios del sector consultado por este periódico, a la vista de las bases del pliego de condiciones y las ofertas presentadas ante la Autoritat Portuària, alerta de que el coste de un amarre puede dispararse y que, además, en las nuevas instalaciones se prime por encima de todo el atraque de embarcaciones de gran eslora.

El pliego de condiciones de la concesión estipulaba el pago de un canon anual de casi un millón de euros, y todas las ofertas presentadas, dadas a conocer el pasado lunes con la apertura de plicas, doblan como mínimo esta cantidad. La más alta, presentada por Serveis Marítim Port Eivissa, asciende a 5,4 millones (casi 1.000 millones de pesetas). Se da la circunstancia de que el canon se divide en dos tasas. Una hace referencia al pago por la ocupación del dominio público portuario y asciende a 773.000 euros, mientras que por el canon de la explotación de las actividades comerciales, industriales y de servicios sólo se pide 152.000 euros, lo cual condiciona a las empresas a aumentar el rendimiento del espejo de agua.

El pliego también prevé que las embarcaciones de paso (autorización inferior a seis meses) puedan abonar en temporada alta un máximo de seis euros por metro cuadrado (el producto de la eslora por la manga) por día. Por eso, la mayoría de los proyectos presentados prevén la retirada de los actuales pantalanes, que dan cabida a pequeñas embarcaciones, por otros que ocupen menos espacio y den cabido a embarcaciones de mayor tamaño. Precisamente, el pliego obliga a las empresas a presentar un proyecto básico de obras e instalaciones que, entre otras cosas, debe prever una nueva distribución de pantalanes y muelles. Las inversiones presentadas por las empresas para esta reforma van desde 14,9 millones hasta 32,7 millones de euros.

Los empresarios, dicen las fuentes consultadas, tendrán ahora el trabajo de atraer un mercado de barcos de gran eslora. También se alerta del «problema social» que puede causar la subida de costes para las embarcaciones pequeñas. «¿Dónde se van a ubicar?», cuestionan las mismas fuentes. En este sentido, el sector apunta, además, que la mayoría de las embarcaciones que atracan en el puerto en temporada alta lo hacen, por la falta de amarres, en el espejo de agua colindante al dique de Botafoc, donde la Autoritat Portuària proyecta ahora la construcción de una gran plataforma.