La Associació Illes Balears d'Adopcions (AIBA) recibe diariamente, desde hace dos semanas, unas 4 o 5 llamadas solicitando información para la adopción de un niño o una niña por parte de parejas del mismo sexo, «cuando hasta ahora veníamos recibiendo unas seis o siete al mes».

El presidente de AIBA, Ramon Rotger, reconoce que la luz verde dada a los matrimonios homosexuales y a las adopciones por parte de éstos «ha movilizado a muchas personas que han dado el paso de solicitar la información sobre los trámites y posibilidades de adoptar una vez casadas».

Pero las parejas del mismo sexo no pueden adoptar en cualquier país del mundo, pues algunos, como China o Filipinas, lo prohiben tajantemente. Otros, como Perú o Bolivia, «exigen a estas parejas entre 3 y 5 años de convivencia previa a la solicitud de adopción» y algunos «limitan las adopciones a que los demandantes sean un matrimonio católico».

El presidente de la asociación reconoció el apoyo de esta entidad a las adopciones por parte de estas parejas, que podrán adoptar o no en función de su capacidad y preparación, «como todas las demás». Y es que, recordó Rotger, antes de aceptarse un trámite de adopción, nacional o internacional, los solicitantes deben recibir el denominado certificado de idoneidad, que supone haber pasado todas las pruebas y entrevistas a las que personas expertas someten a los aspirantes para determinar si están preparados para adoptar a un menor.