La comunidad china asentada en las Pitiüses se abre a la sociedad con la intención de crear una asociación cultural, pero lo cierto es que los chinos se muestran reticentes a la hora de comunicarse. «Me costó mucho el acercamiento», comenta Jamal Akkad, del departamento de inmigración de USO que organiza curso intensivo de alfabetización para chinos. El idioma constituye sin duda uno de los grandes problemas de los chinos a la hora de comunicarse. A través de su hija, Nur, una niña china adoptada a los 21 meses, Jamal ha logrado tener las puertas abiertas de esta comunidad. Y es que resulta una tarea muy ardua que la comunidad china se abra. «Yo hablar poco», comentaba el encargado de un restaurante de Eivissa cuando se trata de indagar en sus orígenes. A Jamal le costó lo suyo que Lu Yng, madre de una de las compañeras de su hija, decidiera relacionarse. Lu Yng, que ha realizado la inserción laboral a través de USO, asiste al curso intensivo de alfabetización dirigido a la restauración que ha empezado este mes. Los alumnos, una veintena, aprovechan su hora de descanso, a las 18 horas, para asistir a este curso.

«Los chinos son muy trabajadores pero se relacionan poco con el resto de la sociedad», dice Homo Cheng, natural de Hong Kong, que llegó a Eivissa con 26 años y lleva la mitad de su vida en Eivissa.

Cheng es propietario de un restaurante y asegura que la mayoría de los chinos se dedican a las labores de hostelería. Este empresario mandarín ha impulsado la asociación cultural china en Eivissa. «Los chinos somos minoría en Eivissa pero también queremos participar para que la gente conozca la cultura china», explica. Así, se trata de organizar exposiciones de todo lo relacionado con la cultura oriental: lenguaje, comida, ropa, etc.

En Eivissa se calcula que hay cerca de 300 chinos, la mayoría trabaja en los 50 restaurantes chinos diseminados por las Pitiüses. En el último proceso de normalización, las Pitiüses recibieron 41 solicitudes de ciudadanos chinos.

La tradición y el respeto a los mayores están siempre unidos a esta cultura milenaria. Los chinos conservan sus tradiciones como la celebración del año nuevo, que no coincide con la del calendario gregoriano. Este año es el del gallo. Con la asociación piensan dar a conocer esta celebración a todo el mundo y vaticinan que «los años nuevos chinos van a ser espectaculares». Los chinos abren sus puertas en Eivissa.