Alrededor de tres mil personas aguardaron a medio día de ayer la
llegada de la Familia Real al completo a la Seo para asistir a la
Misa de Pascua. Tres mil curiosos, cincuenta periodistas, el obispo
de Mallorca, Jesús Murgui, y catorce canónigos, miembros del
cabildo catedralicio, se dieron cita en el Pórtico Mayor de la
catedral y alrededores.
A las doce y diez de la mañana, llegaron los Reyes a bordo de un
Audi, a continuación, los Príncipes de Asturias, en un Volvo,
seguidos por los Duques de Lugo y los de Palma con sus respectivos
hijos. Llamó la atención el color elegido para la ocasión por la
Reina, traje de chaqueta rojo, y el verde esperanza de la chaqueta
de doña Letizia a juego con la falda estampada. Doña Elena iba
completamente de blanco, mientras que doña Cristina combinó el
negro del pantalón con el malva de la camisa. Ellos, el Rey, el
Príncipe y Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, de traje y
corbata. Llamó la atención las diversas pulseras que portaba en sus
muñecas el Duque de Lugo, así como la forma de colgar las gafas del
bolsillo superior de la americana.
Tampoco pasó desapercibida la vestimenta de los hijos de los de
Palma, jersey de cuello alto a rayas horizontales azul marino y
blancas, con una K en el centro, y pantalón de color burdeos, los
tres, ni que Victoria Federica se desprendiera ni un instante del
¿calcetín? blanco que llevaba en su mano, una prenda con la que se
le ha visto otras veces.
Estaba saludando don Juan Carlos al obispo de Mallorca, tocado
con la mitra, cuando el pequeño Froilán le preguntó al abuelo,
señalando a don Jesús, «¿Este señor es el jefe?». Ignoramos si la
pregunta fue por la mitra y la casulla, o porque vio que, momentos
antes, todos, abuelos, papás y tíos, se inclinaban ante él y le
besaban la mano.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.