La temporada de Semana Santa, que se abrió el pasado 18 de marzo y que se cerrará el próximo 4 de abril, no está siendo del todo buena para los agroturismos de la zona norte de Eivissa, según aseguró a este periódico el presidente de la asociación de turismo rural de Sant Joan, Antoni Marí, que calificó la situación de «regular». Los establecimientos «están al 50 y al 60 por ciento de su capacidad», una cifra que se ha mantenido como la media en todos estos días, aunque las previsiones parecen un poco mejores para inicios de abril. Estos datos de ocupación son muy similares a las de la Semana Santa de 2004, a pesar de que el año pasado esta celebración se inició casi un mes más tarde, en abril. «Si el año pasado la ocupación era media-alta, ahora es media-baja», concretó Antoni Marí. A diferencia de las cifras que se están registrando en Eivissa y Formentera, el presidente de esta asociación destacó que «el sector del turismo rural en la península está trabajando al cien por cien».

Para la agrupación, que reúne a diez agroturismos de las Pitiüses, el principal problema es que las reservas se hacen cada año más a última hora.

Antoni Marí consideró que el mal tiempo que hasta hace poco hacía en las Pitiüses y que «no invitaba a hacer reservas con antelación» ha influido al final en la ocupación actual, además de otros factores como «el elevado precio de los vuelos» para viajar a las Pitiüses, que ha llevado en algunos casos incluso a cancelar las estancias previstas, según aseguró el presidente.

Marí subrayó que «lo que se va a notar es el bajón de ocupación de Semana Santa a mayo», algo que apenas se notó el año pasado debido a la proximidad de esta celebración con el inicio de la temporada alta. La previsión para el próximo mes es también «regular», según señaló.

La mayoría de los clientes que en esta temporada visitan los establecimientos rurales de las Pitiüses son españoles, aunque «cada vez hay más alemanes y austríacos» que han descubierto este tipo de oferta turística en las islas, según explicó Marí.

Por otra parte, el máximo responsable de la asociación de turismo rural de Sant Joan lamentó que durante estas fechas de Semana Santa no haya abiertos «ni restaurantes, ni cafeterías, ni souvenirs ni otras infraestructuras turísticas» en las playas de la isla y aseguró que una de las quejas que han puesto de manifiesto sus clientes es que estos servicios permanezcan cerrados.