Han transcurrido prácticamente cuatro años desde que el que era concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Eivissa, Joan Boned, y el entonces senador por Eivissa y Formentera, Enrique Fajarnés, se entrevistaron con la dirección general de Costas del Ministerio de Medio Ambiente y consiguieron el compromiso del Ejecutivo central de que financiaría las obras, que se calculaba costarían unos 70 millones de pesetas, 420.000 euros, incluyéndolas en los presupuestos generales del Estado de 2002. Desde entonces poco o nada se ha oído hablar del asunto, a pesar de que el actual concejal de Urbanismo, Vicent Torres, asegura que «las negociaciones no se han dejado nunca y el Consistorio siempre ha estado en contacto con Costas para conseguir que hiciera un proyecto para consolidar el acantilado» con la intención de evitar desprendimientos y que se pudiera dañar la muralla.

Según explicó Fajarnés, en abril de 2001 todo quedó pendiente de que el Ayuntamiento rectificara el proyecto que había presentado en algunos aspectos referentes a seguridad. Torres reconoció a este periódico que cuando asumió su concejalía había un proyecto para la zona pero «estaba incompleto» por lo que se puso en contacto con Costas para que se encargara de redactar un nuevo documento.

Ahora parece que este asunto, que se considera muy importante por parte del equipo de gobierno municipal, se ha reactivado. El concejal de Urbanismo explicó que hace dos semanas se aprovechó la visita del delegado de Costas de Balears para «sacarle el tema de la consolidación del acantilado». Torres explicó que Costas no tenía claro que el acantilado estuviera dentro de su ámbito de influencia o en el de Autoridad Portuaria. A la espera de la respuesta de esta entidad, el Ayuntamiento de Eivissa tiene la intención de aclarar con Puertos en la próxima reunión que mantenga con el organismo de quién es la jurisdicción de esta zona con la intención de que «quien tenga la competencia» actúe lo antes posible.