En el tomo segundo de «l'Enciclopèdia d'Eivissa y Formentera» la voz «caramelles» viene definida escuetamente como «cançons que es canten la nit de Nadal y la vespra del diumenge de Resurrecció, amb acompanyament de tambor, espasi, flaüta i castanyoles». Sorprende y llama poderosamente la atención que una obra como la Enciclopedia de nuestras islas que pretende ser la fuente de información para cualquier estudioso o investigador sobre el tema o significado de esta voz se despache de una forma simple, escueta y resumida sobre un vocablo como «caramelles» de tanta importancia a mi entender en la historia de la música religiosa tradicional de las islas, en la que se glosa el pasaje bíblico del renacimiento del niño Jesús con música propia de nuestras islas, utilizando instrumentos típicos como son el tambor, s'espasi, la flauta y las castañuelas.

Sorprende todavía más, por otra parte, que se pretenda desde el mismo Consell, el mismo organismo que edita la enciclopedia, declarar las «Caramelles» BIC (Bien de Interés Cultural) una cosa parece que no encaja con la otra.

Aprovechando la proximidad de estas fiestas de Navidad, que se haya escrito sobre las «caramelles» y hayamos tenido la suerte inmensa de escucharlas en diferentes iglesias, bueno será que se aclare algo sobre la recuperación de estos antiguos cánticos y música navideña, ya que la historia viene de antiguo. Yo de muy niño recuerdo haberlas oído en la misa del Gallo o de «maitines» en la iglesia de San Antonio a donde acudía acompañando a mis padres y me parecía que formaban parte integrante de estas fiestas entrañables, pero poco a poco fueron desapareciendo los «Escuadrones de Caramellers» sin ninguna razón ni motivo aparente, hasta que creo o que a finales de los cuarenta dejaron de escucharse y prácticamente desaparecieron completamente. Fue un estudioso de nuestro Folklore y de nuestras costumbres y tradiciones como Isidoro Macabich que se encargó de recuperarlas y publicarlas en una de sus muchas modalidades.

Cuando se estableció en Ibiza Juventudes Musicales de las Pitiusas y siendo yo presidente de dicha asociación cultural, propuse a la directiva y de una manera muy especial y Carmen Tur y Daniel Escandel que debíamos intentar por todos los medios recuperar dicha tradición ya perdida y prácticamente olvidada por las nuevas generaciones. Les entusiasmó la idea y nos pusimos manos a la obra. La tarea fue difícil y bastante desalentadora, la mayoría de los antiguos componentes de las «escuadres» o habían fallecido o eran demasiado viejos y no estaban en condiciones físicas apropiadas, los jóvenes por otra parte no tenían ni idea. Acudimos al final como habíamos hecho en otras ocasiones a la familia Bufí y a Toni Petit y allí encontramos apoyo, mucho interés y yo añadiría que entusiasmo para esta idea, igual que habíamos recibido su apoyo en otras ocasiones para organizar cantadas y «trobades» de tipo folklórico. Esto ocurría a finales de la década de los años 70.