El servicio del 061 cuenta con una base fija en Sant Antoni desde octubre de 2003. La imagen corresponde a la presentación de la base, que contó con representantes de las instituciones

La UVI móvil de Sant Antoni se ha quedado inoperativa para realizar este tipo de servicios urgentes ya que no dispone de personal médico para que se suba al vehículo. Uno de los médicos ha dejado el servicio y las otras dos no pueden cubrir los dispositivos asistenciales ya que están embarazadas. La Ley de Prevención de Riesgos Laborales no recomienda que las embarazadas se suban a las ambulancias medicalizadas.

La situación del servicio de emergencias ha generado malestar entre los profesionales y repercute negativamente en la mejora del servicio. Los sindicatos de Comisiones Obreras, Sindicato Auxiliar de Enfermería y UGT denunciaron ayer esta situación. «No se puede llamar a una UVI móvil y no se puede anunciar como ambulancia medicalizada, ya que desde el 4 de diciembre sólo viaja un técnico en transporte sanitario y una enfermera del 061, que casualmente se encarga de asistir a toda la población de fuera del término municipal de Eivissa desde las ocho de la mañana hasta las diez de la noche», exponen los sindicatos en un comunicado en el que, además, lamentan «la supuesta incompetencia de determinados directivos».

El IB-Salut aseguró que ya está en marcha la convocatoria para cubrir la plaza vacante existente y las dos sustituciones para las dos médicas embarazadas. La falta de personal especializado para cubrir vacantes es un mal endémico existente en todos los sectores profesionales, no sólo en sanidad.

Las quejas sindicales no se limitan sólo a la ambulancia medicalizada de Sant Antoni, sino también al aumento de carga de trabajo de las matronas, que deben realizar tareas que hasta ahora se encargaba el servicio de tocoginecología, sin que vaya acompañado por más plantilla. «Aumentan tareas pero no recursos y ocasiona por primera vez listas de espera en actuaciones profesionales en atención primaria», dicen. Como ejemplo expone el caso de la matrona del centro de salud de Sant Antoni que cuenta con 26.505 tarjetas sanitarias, «1.505 del máximo permitido por la Ley General de Sanidad». Aseguran que para no aumentar la lista de espera se reduce el tiempo de visitas de las embarazadas de 15 a 25 minutos, que es el recomendable.